jueves, 21 de enero de 2010

Los Cuatro Jinetes arremetieron Lima


Recuerdo con cierta nostalgia hace como 9 años haber comprado mi CD pirata en polvos rosados (la economía pe varón) de Metallica con la Orquesta Sinfónica de San Francisco, cabe recalcar que en esas épocas los piratas se esforzaban más en la presentación del disco, ya que venía con un librito en un intento de imitar a los originales. Gracias a este disco comenzó mi amor por esta banda, el mencionado disco ofrecía a Metallica con sus canciones más populares junto con los arreglos impresionantes del maestro Michael Kamen y un ejemplo perfecto de esta unión tan perfecta es el tema de Ennio Morricone “The Ecstacy of Gold” con el que abre el CD y con la misma canción que abrió el mejor concierto que yo he podido apreciar en mis cortos 18 años.

Un concierto impecable de inicio a fin, desde la entrada se podía observar cierto ambiente y cierta vibra entre la gente que ya desde temprano calentaba las gargantas con algunas chelitas y rones que nunca deben faltar. Habiendo llegado con 4 horas de anticipación al estadio de San Marcos tuve la oportunidad de observar como se iba llenando el recinto.
Eran casi a las 5pm y ya había bastante gente esperando el show, la zona LL iba por la mitad y con suerte pude escoger un sitio privilegiado con vista directa al escenario y a las tres pantallas principales, tome asiento y a esperar se ha dicho.
Llegada las 8pm aproximadamente apareció en escena el grupo peruano Necropsya quienes serian la banda soporte de este mega evento. Sonaron los primeros riffs de guitarra y pensé en mi mente que quizás este grupo no iba a sonar tan mal, hasta que comenzaron a cantar y no es por ser mala onda pero no entendí ni una palabra, de repente algo entre canción y canción mientras hablaban y contaban lo irreal que era para ellos esa oportunidad, obviamente a quien no le gustaría telonear para Metallica. A mi parecer no era la banda indicada para la ocasión, con un sonido instrumental quizá algo influenciado por el Kill ‘Em All, aunque tambien se sentia la influencia de Iron Maiden, les quedó grande el papel.
Creo yo que hubiesen podido elegir otras bandas nacionales que hagan un mejor espectáculo. Felizmente el público esperó paciente y fue muy respetuoso ante esta banda.
Al término de la presentación de Necropsya, los minutos fueron pasando y luego de muchas canciones de fondo la gente comenzó a impacientarse ante la ligera demora de la banda. Hasta que se apagaron las luces y las pantallas proyectaron un video del viejo oeste, fue ahi que comenzó a sonar la obra maestra de Ennio Morricone “The Ecstacy of Gold”, la misma canción que me enamoró hace 8 años, se me comenzo a erizar la piel, hasta que aparecieron, y el fuerte sonido de las guitarras y la imponente presencia de los cuatro “Horsemen” entraron en el ser de las 50,000 almas del estadio San Marcos, un par de lágrimas se escurrieron y comenzó el espectáculo el cual estoy seguro que ninguno de los presentes va a olvidar en su vida.
El espectáculo de casi dos horas y media estoy seguro que dejó más que satisfecho a cualquiera de los fanáticos que estaban en el estadio y hasta sobrepasó las expectativas de los no tan fanáticos.
Fue un show impecable de principio a fin, con un juego de luces bastante bueno, cinco pantallas gigantes como para no perderse ningún detalle, fuegos artificiales y fuego real que calentaba el espíritu de los más fanáticos metaleros.
Musicalmente sonaron perfecto y no me cabe duda alguna de que tocaron las canciones que todos querían escuchar desde el Kill ‘Em All hasta el reciente Death Magnetic dando a entender que a pesar de los 29 años de trayectoria, Metallica nunca bajó sus revoluciones.
Me hubiese gustado escuchar “Sanitarium” o “Hero of the Day” no obstante quedé más que satisfecho con cada una de las canciones puesto que la energía y la potencia de la banda que se sintió de principio a fin.

Lo mejor de todo fue de que la mejor banda de la historia del Thrash Metal dio a entender durante toda la presentación que eligieron bien al escoger a Perú como la primera plaza dentro de su tour latinoamericano, y hasta se esforzaron por sacar unas cuantas frases en español y aperuanadas con un castellano bastante masticado pero muy complaciente para los fans, ya que dieron a entender que les importa su fanaticada y que cada Nuevo Sol gastado valió la pena.
Cerraron con “Seek and Destroy”, sin embargo lo más impactante del cierre, aparte del esfuerzo de la gente de gritar el coro con las últimas gotas de energía que les quedaba, fue la despedida ya que se quedaron probablemente 20 minutos saludando, regalando objetos y agradeciendo al público por su respuesta y energía.
Salí del estadio contento, salí apretado por el mar de gente pero feliz, salí con ganas de más pero a la vez satisfecho y salí con ese sentimiento de que he vivido un espectáculo único que aunque de acá a algunos años vuelvan (y estaré feliz si vuelven) no será lo mismo, pues la emoción de ver a tus ídolos de toda la vida por primera vez en tu país y con tu gente, es inigualable. Gracias Metallica.

Escrito Por:
Diego Erazo G.

Sabor Amargo

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