miércoles, 2 de abril de 2008

El Valor de la vida, Historia de aquellas


Hoy Hemos llegado al hotel, después de comer salchipapa y tomar inca kola helada en tarata, el me abraza recordando el día en que nos conocimos en aquella tienda de la avenida larco. He comenzado a sentir sus lágrimas y sus brazos abrazándome cada ves mas fuerte, creo que comencé a vernos corriendo por el departamento el día de navidad, y ella tocando la puerta del cuarto y corriendo en forma de juego, tampoco quiere irse, pues le encanto visitar a la bisnona. Masi también esta llorando, logré verlo por encima del hombro de Edo y recordé cuando casualmente lo hice llorar en la piscina, y también cuando me mandaba saludos por el celular de mi mama. Todos comenzaron a botar lágrimas, y yo empecé a preguntarme porque mierda me regrese a Lima aquel día en San Antonio, si pude haberme quedado. También recordé cuando trajeron mi ceviche, yo estaba apurado nada me importaba, Ricky se me acercó y me pidió un poco, yo le invité, y tía Mónica reaccionó diciendo, “cuidado que pica no valla a llorar”, cuando todos pensamos que lloraría, una sonrisa broto de su rostro.
El Taxi ya esta afuera y llegó la hora de que Edo me suelte, el empapado en lagrimas no quería soltarme, y fue ahí, cuando descubrí, que no es cuantas cervezas tomes, o con cuantas chicas estés, ni tampoco cuantos viajes hagas, o cuanto dinero gastes, es el valor de la vida, es en esos momentos en que le das las gracias a Dios por estar vivo.

Edo, Masi, Ricky y Eli, sin quererlo, me enseñaron que la vida tiene un valor, y ese valor es el que nos impulsa a todos a seguir viviendo, ese valor se llama amor. Creo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

:)